La
avaricia humana y los combustibles fósiles pueden causar la extinción de la
mitad de las especies del planeta en el año 2100, advierte el biólogo Reese
Halter.
En el marco de un taller dedicado a la Extinción Biológica que se celebró en el Vaticano esta semana los científicos han expresado su preocupación sobre las consecuencias del consumo global. "Nuestro deseo de aumentar el consumo crece más rápidamente que nuestra población y la Tierra no puede sostenerlo", afirman los organizadores.
El
profesor Paul Ehrlich de la Universidad de Stanford opina que "los países
occidentales ricos están malgastando ahora los recursos del planeta y
destruyendo sus ecosistemas a un ritmo sin precedentes".
Por
su parte, el biólogo Reese Halter explica que tres factores
principales causarán una extinción masiva en la Tierra: los seres humanos,
la avaricia de estos y el uso de combustibles fósiles. "Cada año se
gastan 5,6 billones de dólares para subvencionar a los contaminadores mayores y
más ricos, las compañías de combustibles fósiles".
El
conservacionista ofrece datos preocupantes: de 1970 a 2014
desapareció el 50% de toda la vida silvestre terrestre. "Ahora nos dicen
que para 2020, en tres años, nos faltará el 66% de toda la vida silvestre
de la Tierra. ¡En 2020! Tenemos un gran problema".
Lo
mismo ocurre en los océanos. Según Halter, "en estos momentos estamos
perdiendo el 90% de los tiburones. Los tiburones y sus antepasados existen en
nuestro planeta desde hace más de 400 millones de años. Son los doctores
del mar. Así que cuando aniquilamos a los doctores, los océanos
enferman". "Estamos destruyendo toda la vida. Es una crisis de
proporciones épicas. ¡Salvemos la naturaleza, salvémosla!", exclama el
biólogo.
Para
concluir, en lo referente a los recortes del presupuesto estadounidense en
el ámbito ecológico, Halter no ocultaba su perplejidad: "El agua se
utiliza para nuestra comida y bebida. ¿Por qué las empresas dedicadas al carbón
están contaminando el agua, que es la sangre vital de la Tierra? ¿Y por qué
debemos acabar con la Ley de Agua Limpia? ¡Qué diablos!".