Este miércoles, la NASA anunciará oficialmente su intención de lanzar una sonda que se sumergirá dentro de la atmósfera del Sol, llamándola la primera misión que «tocará el sol».
La
misión Solar Probe Plus tendrá que hacer frente a las temperaturas y la
radiación a diferencia de cualquier otra sonda, pero los datos que recogerá en
el proceso ayudarán a los astrónomos a predecir tormentas solares y
proporcionar pistas sobre algunos de los misterios más profundos que rodean
nuestra estrella más cercana.
Además,
la misión tratará de resolver de una vez por todas algunos de los grandes
enigmas de la física solar; entre ellos, por qué la atmósfera del astro está
mucho más caliente que su superficie (la fotosfera) o cuál es el origen del
viento solar.
La
«Solar Probe Plus» realizará 24 acercamientos durante los aproximadamente siete
años que durará la misión, que se contarán a partir de su llegada a destino,
prevista para noviembre de 2018. Para ello, la nave viajará a una velocidad de
casi 725.000 km/h, lo que la convertirá también en la más veloz construida
hasta el momento.
Representación de la sonda saliendo de la Tierra después de separarse de su vehículo de lanzamiento. Crédito: NASA
Temperaturas
de 1.400 Cº y bombardeo de radiación
En
su acercamiento máximo, la sonda se situará a 5,9 millones de km del Sol. En
este punto, su escudo térmico, de casi 12 centímetros de grosor y construido
con fibras de carbonos, permitirá a la nave soportar temperaturas de más de
1.400 Cº y sobrevivir al bombardeo de la radiación.
De
hecho, la estructura de la nave no solo está preparada para las altas
temperaturas y la radicación, sino también para variaciones extremas, como los
-130 ºC que tendrá que sufrir en sus ‘pasadas’ por Venus para conseguir moderar
la velocidad de aproximación al Sol.
A
pesar de que los astrónomos llevan estudiando este astro durante décadas, esta
será la primera vez que puedan hacerlo dentro de su inusual atmósfera. Hasta
ahora, lo más cercano que ha estado el hombre del Sol ha sido a 43 millones de
km, alcanzados por la sonda ‘Helios 2’ en 1976.